Sic et Non

31 de mayo de 2012

El turno del Consorcio (Periódico: Santiago Siete, sección: En clave política)





Por nuestras vidas, e incluso por delante de nuestros propios ojos cuando paseamos por la calle, a menudo pasan instituciones y organizaciones de las que desconocemos casi todo.

Muchos de ustedes seguramente desconozcan qué es el Consorcio de Santiago, aún más serán los que ignoran a qué se dedica, cuáles son sus funciones. Y ya no digamos si les pregunto quién lo compone o lo lidera. Normalmente, nos enteramos de esto último cuando alguien abandona el cargo y le sustituyen. Entonces nace la noticia.

Esta semana hemos asistido a la presentación de la nueva gerente del Consorcio, María Antón. Y desde aquí le deseo lo mejor para un futuro incierto en el que los hachazos a los presupuestos están a la orden del día; y la institución que ahora lidera, depende de asignaciones presupuestarias de entidades de por sí ya “raquíticas” como la Xunta y el Estado.

Muchos de ustedes, seguramente caigan en la tentación de considerar este organismo como superfluo, ya que tendemos a infra estimar aquello que ignoramos. Pero lo cierto es que esta ignorancia bien puede ser un motivo de felicitación. Me explico.

¿Cuántos organismos públicos dedican ingentes cantidades de dinero a auto promocionarse en vez de realizar la actividad para la que fueron concebidos y para la que pagamos nuestros impuestos? Pero lo cierto es que necesitan hacerlo para hacer ver o aparentar que hacen cosas. ¿Paradójico verdad?

Ojalá no se caiga en la tentación de confundir la promoción de una organización con la promoción de una ciudad, su patrimonio y equipamientos, tal cual es el fin del Consorcio de Santiago. Ahora más que nunca, es importante, con los pocos recursos existentes, poner en valor nuestra propuesta única de venta como municipio, es decir, nuestra ciudad y su Camino.

Y permítanme un último apunte. No solo debemos cuidar nuestro patrimonio, sino también el valor intangible que supone el capital humano en un sector como el de servicios. Y lamentablemente este aspecto no ha sido cuidado. Cada vez son más los peregrinos que llegan a Santiago quejándose del mal y poco profesional trato recibido durante su peregrinaje.

El Consorcio tiene aquí una interesante tarea para coordinar, tal y como contempla sus estatutos, a las diferentes administraciones y corregir este mal que nos puede pasar factura en un futuro no muy lejano.



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