Sic et Non

27 de marzo de 2012

Arenas IV El Prudente.




No podía dejar escapar la posibilidad de comentar los resultados electorales que han acaecido en Andalucía, ya que he de reconocer que he sido el primero en sorprenderme ante la no consecución de la mayoría absoluta por parte del Partido Popular.

Todo hacía indicar que habría alternancia de gobierno, las encuestas, la división interna del partido, los casos de corrupción, 30 años del PSOE en el poder, y sobre todo un 70% de personas que decían que era necesario abrir las ventanas, porque la habitación olía mal. Todo apuntaba a caída estrepitosa de los socialistas andaluces.

Doctores tiene la Iglesia, y analizar a toro pasado lo ocurrido siempre es fácil. Pero siempre hay un conjunto de hechos objetivos que determinan una visión subjetiva de las cosas. Y estos hechos objetivos que pueden explicar ahora el resultado pudieran ser los siguientes:

1.     Las encuestas fallaron, no porque la gente mienta, sino porque había un alto porcentaje de gente que había dicho que no iba a votar, y otra gran cantidad de gente que aún no sabía a quién tenía decidido elegir. Estas dos variables no fueron bien conjugadas y ponderadas.

2.   Por la razón anterior, fue difícil intuir la movilización del voto que finalmente logró el PSOE a través del voto cautivo. No olvidemos que son cientos de miles de personas las que dependen salarialmente de las diferentes administraciones y chiringuitos que el PSOE ha creado durante tres décadas.

3.   El PP andaluz erró en la elección del candidato en su momento, pues las encuestas no fallaban en cuanto a la escasa valoración que Arenas suscitaba entre los andaluces. Y esto fue determinante en unas elecciones tan reñidas. Algunos analistas hablan del efecto underdog para explicar el resurgimiento de Griñán, pero más bien yo hablaría de un efecto self-eraser por parte del propio candidato popular. Al margen de la valoración personal del mismo, tres hechos provocaron un refuerzo de esta visión negativa, de señorito, por parte del electorado:

I.     El eslogan “el cambio andaluz” fue un craso error, ya que trataba de jugar con la ya manida y   cansina palabra cambio. Y trataba de suscitar apoyos por la vía del refuerzo al cambio logrado en España, intentado generar así, un efecto bandwagon. Pero la asociación con el cambio en Madrid, contribuyó también a la asociación con los recortes y con una reforma laboral que si en algún sitio será discutida en las calles, seguramente será en Andalucía.

La cuestión es que deberían haber elegido una palabra que se asocie a cambio, pero que además describiera ese cambio. Como bien dice Frank Luntz, Deberían haber visualizado el cambio a través de imágenes. En este caso lo tenían fácil después de 30 años de poder y de los casos de corrupción. (Limpieza, fuerza, cambio necesario, aire fresco, etc.).

II.     ¿La palabra cambio sonaba coherente en boca de alguien que se presentaba por cuarta vez y que además tenía por tanto, la etiqueta de perdedor? Muy mal elegido por tanto el eslogan, algo que hubieran evitado si hubieran realizado un Message Box.

III.  La campaña de alguien que se postula para el cambio debe ser fresca, dinámica. El ejemplo del Bill Clinton contra Bush padre es de manual. Y la de Arenas en esta campaña también, pero por lo contrario. En todo momento él y su equipo han estado a la defensiva, cautelosos, pensando que el Bandwagon lo haría todo.

Ahora mismo, Arenas estará lamentándose de no asistir al debate. Lo dije por Twitter y alguna gente me lo reprochó diciendo que hizo bien porque así no se exponía, porque tenía más que perder que ganar yendo al debate. Como especialista en técnicas de debate, lo digo y siempre lo diré, salvo casos muy clamorosos, siempre hay que ir a un debate. No ir, supone que tus rivales hablarán por ti.

Fue un claro error estratégico, máxime cuando el candidato popular ya perdió contra pronóstico unas elecciones y esta vez además, tenía armas de sobra para poner en un brete a Griñán. ¡¡¡¡¡Corrupción y un 32% de paro!!!!!

No asistir al debate reforzó la mala imagen del candidato, y con una cantidad de indecisos tan grande como había, pues ya se sabe. ¿Votarían ustedes a un líder que da síntomas de que la situación le domina? Lo que la gente espera de un líder es que domine la situación y le diga a la tribu hacia donde hay que ir.

Cómo decía antes, a posteriori es fácil analizar. Pero tras leer estos hechos objetivos, piense ¿No cree que todo esto pudo influir?, ¿No pudo acaso haberse previsto si se hubiera diseñado una campaña más eficaz?

No olvidemos, que PP y PSOE han empatado a votos, y como bien dice mi amigo y profesor de comunicación política en la Universidad de Santiago de Compostela, Francisco Martínez. Estas elecciones no deben analizarse por sus escaños o % sino por el nº de votos. El quasi empate a votos que hubo indica claramente que estas elecciones las perdió el PP, y claramente su candidato, Arenas el prudente.


1 comentario:

  1. Laura, te me habías escondido bien...
    No tengo mucho tiempo de lecturas, pero me agrada que sigas en la blogosfera.
    bsss peleónicos. Manolo

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